lunes, 5 de julio de 2010

PARECIDO NO ES LO MISMO



El humor de Faemino y Cansado es parecido, pero no es lo mismo. Y no es lo mismo porque es un humor puro, un humor sin aspavientos, un humor que lo ves venir de frente y te es imposible esquivar, atacándo directamente nuestro almacen de endorfinas y escapando sin ningún pudor a traves de nuestras amígdalas. Es parecido, porque lo llevan haciendo más de dos décadas, pero no es lo mismo porque en Faemino y Cansado no importa tanto lo que cuentan sino cómo lo cuentan. Llevan años encontrándose con el mismo chaval de la moto antes de llegar al teatro, pero cada vez que lo cuentan, no es lo mismo. Faemino y Cansado no son dos humoristas mediáticos, no necesitan los canales televisivos para vender sus historias, pero llenan los teatros donde quiera que van, con el único argumento de sus conversaciones sacadas de lo absurdo y su interpretación rayando la excelencia. Faemino lleva el humor pegado al cuerpo, como el bailaor flamenco lleva el baile o el cantaor, el cante. La mímica que desarrolla se podría comparar a la del gran Marcel Marceu pero mezclada con unos diálogos ingénuos, delirantes e irracionales que te sumergen en una espiral paranoica y sublime de la que te acaba por sacar la absurda lógica o el latigazo de lucidez de su compañero Cansado.
Javier Cansado hace el papel que hacen los directores de pista en el Circo, no deja de hablar desde el comienzo al final de la función, sus palabras fluyen rápidas y concisas como el charlatán de feria, manejando en todo momento los tempos de la función y haciendo de eje sobre el que gira la misma. Cansado no necesita el cuerpo para hacer humor, su humor reside en su alma y sale de sus adentros como una cascada de ironías encadenadas que quedan en el aire y se van depositando en el sistema límbico de cada espectador para hacer desatar la risa más placentera que uno pueda imaginar, pero lo más fascinante de Faemino y Cansado es su virtud para que todo el espectáculo parezca ser improvisado, como si al salir a escena se pusieran a charlar de lo primero que les viniera a la mente o a contar lo que les sucedió al caminar hacia el teatro o tomando un te antes del espectáculo, da la sensación de que no tienen ningun guión estudiado y ahí realmente es donde reside el éxito de esta pareja, porque, parecido no es lo mismo.

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