El frío boulevard se extiende a mi paso,
bajo mis piés,
un manto minado de hojas secas
acompaña mi destino.
Cada madrugada el regreso se hace más duro,
los anhelos cada vez cuesta más mitigarlos,
nicotina, humo, alcohol.
Jamás bebí para olvidar,
lo confieso,
por eso recuerdo cada amargo despertar,
cada transitar por aquellas avenidas,
apagadas, mudas, inhertes,
a esas horas canallas en las que cada paso,
supone esquivar un nuevo precipicio,
arde la garganta, tiembla la mano
y escuchas el crepitarbajo mis piés,
un manto minado de hojas secas
acompaña mi destino.
Cada madrugada el regreso se hace más duro,
los anhelos cada vez cuesta más mitigarlos,
nicotina, humo, alcohol.
Jamás bebí para olvidar,
lo confieso,
por eso recuerdo cada amargo despertar,
cada transitar por aquellas avenidas,
apagadas, mudas, inhertes,
a esas horas canallas en las que cada paso,
supone esquivar un nuevo precipicio,
arde la garganta, tiembla la mano
de las hojas secas caídas bajo tus piés
en la cruda y dura soledad
de otra noche más perdida.
de otra noche más perdida.
Mientras leía tu texto escuchaba a Lightnin' Hopkins y no he podido evitar pensar en aquellas avenidas de Texas en las que la vida se hace dura y dificil.
ResponderEliminarMe gusta como narras tus minihistorias.
Un saludo
Es lo que tiene el blues, que enseguida te pone a evocar historias tristes. Un saludo y gracias.
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