con el cuero a los pies, el ojo atento,
dribla una vez, y dos, luego descansa
cual si midiera el riesgo del momento.
Tiene el presentimiento, y va y se lanza
más rápido que el propio pensamiento,
dribla dos veces más, la bola danza
feliz entre sus pies, ¡los pies del viento!
Vinicius de Moraes.

http://lazurdadegarrincha.blogspot.com/
Un gran jugador Garrincha. Mi padre era un ferviente admirador.
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